Personalidades del mundo artístico eligen su pieza favorita en el conjunto de artes decorativas y diseño de la Colección Roberto Polo
Toledo, 1 de octubre de 2021.- No vinieron en tropel, no tuvieron la misma oportunidad el primero en llegar y el último; ni ninguno de ellos. Y aún así, por razones (solo en apariencia) del azar, las sillas más codiciadas han sido las elegidas por los arquitectos Juan Mera y Luis Vidal y por el diseñador industrial Lucas Muñoz quienes, como todos ellos, nos han brindado juicios de gran peso para entender que sí, que la silla es el arquetipo dorado del diseño. Y aunque no todos estén de acuerdo con ello –el modisto Lorenzo Caprile cita a la escritora Ana María Matute para reivindicar la superioridad de la cama en cuestión de mobiliario–, en términos artísticos ha quedado claro que la silla, como sostiene Lucas Muñoz, es “como una escultura humana”,o simplemente “una escultura” (opina la fotógrafa Isabel Muñoz) o tal vez “un personaje en sí misma”, como sugiere el director de la Escuela de Arquitectura de Toledo.
Sin embargo, los “personajes” fueron ellos en el juego que les propusimos. Vinieron a visitar la Colección Roberto Polo. Centro de Arte Moderno y Contemporáneo de Castilla-La Mancha (CORPO); en concreto, la corta pero tan significativa reunión de sillas expuestas en la sede de Toledo: ocho entre más de un centenar que componen la colección de sillas dentro de las colecciones artísticas de Roberto Polo. Y les propusimos que eligieran una de estas piezas que van desde un sillón de 1905 del arquitecto austríaco Josef Hoffman hasta las creaciones contemporáneas y ecológicas del neerlandés Piet Hein Eek (2012-14). Estas ocho sillas, entendidas como paradigma de la historia del diseño, forman parte de la última incorporación de obras al museo el pasado mes de julio, centrada en explicar cómo las vanguardias funden las artes decorativas con la arquitectura y demás disciplinas plásticas, dando lugar a finales del siglo XIX al diseño industrial.
Nuestro punto de partida ha sido la reciente publicación de interesantes ensayos en torno a esta pieza reina del diseño, y a los cuales nos remitimos: Sillipedia. 101 historias de sillas, de La Fábrica editorial, Chair Anatomy. Design and Construction, de Thames and Hudson, o Chairs. Historia de la silla, de Anatxu Zabalbeascoa: “Por encima incluso de su funcionalidad, la silla es un valor en sí mismo. De ahí que su historia resuma, a su vez, la historia del diseño”, escribe la autora. Declaraciones a las que Roberto Polo añade: “La silla es la forma más pura de arquitectura y la primera manifestación del Modernismo, gracias a su padre y profeta, Henry van de Velde. La silla nos recuerda que, hasta el siglo XIX, las artes aplicadas y la arquitectura fueron las artes privilegiadas porque son las suyas obras de arte totales (Gesamtkunstwerk); mientras que la pintura y la escultura eran relegadas a artes menores, solamente decorativas, precisamente porque no tienen función y son accesorias a la arquitectura y a lo que ella contiene. De hecho, el comercio de arte pictórico se inicia en Flandes y los Países Bajos solamente en el siglo XV, con la invención de la pintura al óleo, previo a lo cual no existían ni marchantes ni coleccionistas de pintura.”
Así fueron las reacciones, la elección y las respuestas de estos Ocho personajes en busca de una silla: Luis Vidal (arquitecto), Lucas Muñoz (diseñador industrial), Luis Antonio de Villena (poeta), Lorenzo Caprile (modisto), Isabel Muñoz (fotógrafa), Juan Mera (arquitecto), Natalia Lumbreras (diseñadora textil) e Iván Cerdeño (chef). Pasen y lean.
