Viernes por la tarde, y la noche madrileña pinta fresca, pero con mucha movida. Si bien no tengo un plan fijo, decidí salir de casa a caminar y ver que me ofrece la noche de Madrid.
Si bien salgo siempre con mi cámara de fotos a cuesta, en esta oportunidad le di un descanso al fotógrafo para mirar con otros ojos la ciudad.
No es una novedad que me pierda por esas calles cortadas y laberínticas de la Bella Madrid, pero en esta oportunidad no sabía exactamente donde estaba, hasta que una llamada de un amigo y colega periodista, me invito a una tomateada… si… me invitaba a una tomateada. Claro que la propuesta me llamó la atención, por eso no la pude rechazar, el tema me llamaba mucho la atención.
El lugar de tal gesta es en el Teatro Mirador, calle doctor Fourquet, 31 Madrid y la obra se llama Kaótiko Kabaret Tomato
Ni bien llegue al espacio, una de las particularidades es que se entra a un edificio de familia para ingresar a la sala. Ya la tomateada me llamaba aún más la atención.
Mi amigo me esperaba y luego de las presentaciones de rigor nos acercamos a la boletería para recibir las entradas correspondientes. El teatro cuenta con un patio muy grande en el pulmón de manzana, donde podemos hacer la espera de la función, pero también cuenta con una cafetería/bar donde podemos probar unas muy ricas cervezas mientras esperamos que se de apertura a la sala.
Mientras esperábamos los actores de la obra salieron a nuestro encuentro con una propuesta de juego, que se iba a llevar a cabo en la función.
Tal cual la hora señalada se da apertura a la sala. Ingresando de una manera ordenada y con mucha simpatía, ya veíamos la escenografía, que, dentro de su sencillez, ya nos indicaba por donde iba la obra.
Una vez en nuestros asientos la música de Kaótiko Kabaret Tomato comienza a ATR (a Todo Ritmo), y como no podía ser de otra manera, los aplausos al ritmo de la música, no se hicieron esperar.
Si bien la idea no es contar la obra, si le podemos decir que… De la mano de unos maestros de ceremonia, nos fueron llevando por diferentes situaciones que están de intensa actualidad, como un asesino que es incapaz de empatizar con su mujer, llevando el racismo como su bandera… y de ahí en adelante un delirante Kabaret Kaótiko que nos va a robar a los espectadores más de una sonrisa.
Cada uno de los actores, ocupa en la obra una pieza fundamental para que esta bella obra termine con un aplauso generalizado de los espectadores.
Para mi es una obra absolutamente recomendable, donde seguramente el espectador va a disfrutar de la obra desde el primer momento.
Agradecemos a Sala Mirador por la invitación a ver la obra, a la directora y actores de la obra.