Entrevista Silvana D’onofrio

¿Cómo fue que surgió la idea de llevar la ópera DIDO y ENEAS al escenario? ¿Qué particularidades de la versión y la puesta nos podés contar?

Al terminar en 2019 la temporada de La voz humana de Poulenc, sentí la necesidad de volver por tercera vez a este título “Dido y Eneas” y abordar este texto musical con perspectiva de género. Es un material que amo profundamente. En el año 2003 egresé de la carrera de Dirección de orquesta dirigiendo está obra. Hoy casi 20 años después estoy en condiciones de ofrecer una lectura más profunda basada en la experiencia adquirida.

En esta oportunidad vamos a trabajar con instrumentos y afinación actuales. Es nuestro propósito abordar la partitura desde una mirada actual y con los recursos sonoros actuales.

En cuanto a la puesta nos basamos en los personajes tal como lo propone Virgilio en “La Eneida”, obra en la que se basa Purcell para escribir esta ópera.

 Muchas versiones proponen una similitud entre Dido y las legendarias reinas inglesas, en esta puesta Dido es una reina de la antigua Cartago.

¿Llevo mucho tiempo el armado de la obra? ¿Cómo fue la selección de los actores/ cantantes que la representan?

El armado de la obra llevó aproximadamente  cinco meses de ensayo.

En cuanto a la elección del elenco en el caso de Elisa Calvo, la protagonista, me acompaña en casi todos los títulos que dirijo. Es una artista sensible con una extraordinaria ductilidad y una voz de gran calidad.

Para el resto del elenco fui pensando en quienes podían ser más efectivos para cada personaje y simplemente los llamé por teléfono y los convoqué porque conozco su trabajo, otros audicionaron.

¿Cómo fue la experiencia de los ensayos y ensayar una ópera con protocolo?

El regreso a los ensayos presenciales estuvo signado por una fuerte emoción. Fueron nueve meses sin poder trabajar, una situación extremadamente compleja para todos los que trabajamos en este medio. Para cumplir con los protocolos establecidos se organizaron burbujas y fuimos y somos muy estrictos en el cumplimiento de los protocolos. Cantar en los ensayos con el barbijo puesto fue una experiencia absolutamente nueva y compleja.

También debo destacar que cada integrante de la compañía ha sido solidario, extremando los cuidados personales para que el único encuentro semanal no pusiera en riesgo a sus compañeros.

Tener solo un ensayo semanal también fue una estrategia de cuidado.

Básicamente y sin contarnos el final de la historia ¿Qué nos cuenta la obra y que temáticas aborda?

Dido y Eneas es una historia de amor, pero a través de ella se ponen de manifiesto muchos de los conflictos inherentes a la condición humana. Los mandatos que tanto pesan a la hora de tomar decisiones, el deseo que se contrapone al deber. Todas estas cuestiones nos interpelan aún hoy, e eso es lo que vuelve a esta obra tan atractiva para el público

¿Cuál fue el mayor desafío, al momento de ensamblar todas partes de las partes de la obra?

Todos los eslabones que componen la cadena con que se teje una obra de esta envergadura son importantes. Cada uno requiere un tiempo de trabajo, dedicación y paciencia. La música en relación con los significantes del texto, el vestuario, la escenografía, las luces, todo debe estar cuidado y en equilibrio con los otros elementos.

¿Contanos un poco como fue el paso de estudiar música a empezar a trabajar en  la dirección y llevar adelante una compañía?

Mi primera carrera fue la de pianista. Yo egresé del Conservatorio Manuel de Falla de esta carrera. Un problema en mi mano derecha me obligó a re direccionar  la carrera y allí fue donde apareció el recuerdo de la emoción que me generaba ver a los grandes directores Abbado (mi favorito), Mutti y otros.

Entonces hice mi segunda carrera y egresé nuevamente en 2003 de mi querido conservatorio Manuel de Falla como directora de orquesta.

Me imagino que después de estos años arriba de un escenario debe haber un tipo de materiales, obras u óperas que te gustan más que otras… ¿Cuáles son tus preferidas para llevar a escena y dirigir?

La verdad es que no tengo un repertorio acotado a una estética, me parece que eso es un limitante. A lo largo de mi carrera he dirigido tanto obras del repertorio clásico, romántico o del siglo XX y XXI. La única condición para trabajar con un material es que al leerlo me conmueva y sienta que tengo algo que contar con esa música y ese texto.

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