Crónica: El favor – Cuando la amistad se pone a prueba

La semana no había empezado bien: cielos grises, lluvia intermitente y un ánimo que parecía reflejar el clima. Pero entonces sonó el teléfono. La Cordobesa, mi amiga de siempre, estaba en Madrid por unas horas. “Hay una obra en el Reina Victoria que te hará reír”, me dijo, con ese entusiasmo que siempre logra sacarme de cualquier agujero emocional.

Y así, sin pensarlo mucho, dejamos que el frío de Madrid nos llevara por la Gran Vía iluminada, hasta el cálido y acogedor Teatro Reina Victoria, donde nos esperaba una obra con una premisa sencilla, pero que prometía dejar huella: ¿Qué estarías dispuesto a hacer por un amigo?

Antes del telón

Entrar al Reina Victoria siempre es una experiencia especial. Sus paredes parecen estar impregnadas de las emociones de obras pasadas. Mientras tomábamos asiento, la sala se llenaba de murmullos y risas de un público que parecía venir dispuesto a disfrutar. Yo, sin embargo, aún llevaba conmigo el peso de los días anteriores.

La cena que lo cambia todo

La obra comienza en el salón de Martín y Clara, un espacio cotidiano que se siente como una ventana a nuestras propias reuniones con amigos. Martín, interpretado por un carismático Antonio Hortelano, es un hombre de cuarenta y tantos con un anhelo profundo: ser padre. Pero después de años de intentos fallidos con su pareja, decide organizar una cena con sus mejores amigos para pedirles un favor que cambiará sus vidas.

Lo que comienza como una velada ligera y llena de bromas entre amigos, pronto da un giro inesperado. La petición de Martín no solo desata tensiones, sino que pone en evidencia las grietas en la amistad que creían indestructible. César Camino, Jorge Kent y Paco Déniz dan vida a unos amigos que, entre risas y reproches, pasan de la camaradería al enfrentamiento con una naturalidad que mantiene al público al filo de la butaca.

Una montaña rusa emocional

El favor no es solo una comedia. Es una obra que se atreve a hablar de temas profundos con una ligereza que desarma: la amistad, la paternidad, los secretos y las expectativas no cumplidas. La dirección de Xavier Ricart logra un equilibrio perfecto entre los momentos hilarantes y aquellos que tocan fibras más sensibles.

Cada uno de los personajes tiene su momento para brillar, pero es en el conjunto donde la obra encuentra su fuerza. Las bromas ácidas y los silencios incómodos entre los amigos reflejan con exactitud la complejidad de las relaciones humanas.

Una noche que no olvidarás

Cuando el telón cayó, el público estalló en aplausos. Yo, por mi parte, sentía algo más que gratitud. La obra no solo había logrado arrancarme risas; me había recordado lo importante que es ser honesto con quienes queremos, incluso cuando eso significa incomodar o poner en riesgo las relaciones más queridas.

Salir del teatro fue como volver a respirar aire fresco. Las luces de la Gran Vía brillaban más, el frío parecía menos cortante, y La Cordobesa y yo caminamos en silencio durante un rato, hasta que ella dijo: “¿Ves? Sabía que te iba a gustar”.

Y tenía razón. Porque El favor no es solo una obra de teatro; es una experiencia que te hace reflexionar sobre la amistad y lo que realmente estamos dispuestos a hacer por quienes amamos. Una cena que ninguno de los personajes olvidará… y que tú tampoco deberías perderte. 🎭✨


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