Esta semana tuve el enorme privilegio de fusionar dos de las facetas que me constituyen: la profesional economista con la apasionada sommelier.
Sucedió en el encuentro de integración regional, luego del almuerzo y frente a mis 45 compañeros provenientes de Argentina, Uruguay y Paraguay, cuando me brindaron el espacio donde compartir algunos de mis conocimientos sobre el mundo del vino argentino.
Para el evento contamos con los vinos de la bodega “Domados”, ubicada en el Valle de Uco, al sur de la provincia de Mendoza. Su nombre responde a la filosofía: “hacer un buen vino es como domar a un caballo”, inspirada en los aborígenes que amansaban sus potrillos gentilmente, con conocimiento y paciencia. Estos atributos, son los basamentos sobre los cuales su hacedor, Daniel Spigatin, elabora los vinos año tras año y desde sus inicios, en 2002.
Para comenzar descorché el blanco, un Reserva Semillón 2018 de viñedos de “La Consulta”, cuya elaboración, de momento, no continuará, con lo cual -como me gusta decir a mí-, aquel día “bebimos historia”. El 50% del vino tuvo paso por barrica durante seis meses, otorgándole complejidad tanto aromática como en boca. Una vez servido, exhibe tonalidades amarillo verdoso con destellos acerados y en nariz se percatan aromas de flores blancas y matices de pimienta afín, junto a notas de miel que combinan con pera y toques cítricos. Su entrada es melosa y envolvente. Tras el primer sorbo aflora frescura combinada con untuosidad, lo cual le brinda cuerpo en boca. De buena acidez y de gran vivacidad.
A continuación pasamos al tinto, y para sorprender a la audiencia, procuré obviar el varietal típico que hubiera significado un Malbec, -de hecho esta bodega cuenta con esta uva en varias de sus líneas (tanto en su versión single vineyard como blendeado con otras cepas) y, por cierto, son muy ricos. Sin embargo, para la ocasión opté por un Reserva Pinot Noir 2018, cepa delicada y amable, así como versátil a la hora de maridar en tanto expresa muy bien el terroir. A la vista enseña un rojo vivo con destellos violáceos; en nariz resaltan notas florales con aromas de frambuesas y cerezas y en boca, sutil y elegante asoman notas de frutas del bosque y mermelada de frambuesa. Su textura es suave y aterciopelada. Se trata de un vino de cuerpo medio con taninos dulces y delicada culminación que invita a tomar un sorbo adicional.
A lo largo de la degustación repasamos las distintas etapas de una cata: la visual, olfativa y degustativa, mientras surgían preguntas y algunas anécdotas. Al cierre algunos solicitaron una nueva copa delatando la acertada elección de los vinos.
Y así di por finalizada mi intervención, cerrando esta suerte de ventana a través de la cual tuve la oportunidad de introducir al ámbito profesional un pedacito de este apasionante mundo donde cada vino es historia embotellada y sobre la que se construyen momentos únicos, aquellos que, sin dudas, pasarán a formar parte importante de nuestra memoria.
Paulita Lima
Comunicadora del vino Apasionada por vid y los frutos de su transformación, ávida por transmitir el mundo del vino. Escritora por vocación, realizó programa intensivo de Sommelier en la EAS (Escuela Argentina de Sommelier), y otros cursos en la EAV ( Escuela Argentina de Vinos).
Lamentablemente no pude participar del evento, pero conociendo a Paula, su profesionalismo y la pasión con la que hace las cosas, no dudo que fue todo un éxito y una hermosa y enriquecedora experiencia para los allí presentes. Felicitaciones Pau!!!!!
Excelente Pau.